franpiscis 30/08/2006 18:09 piscis@piscisdiving.com
Dos aguilas marinas en Sant Feliu de Guixols
Cuaderno de Bitácora Piscis Diving, 30 de Septiembre del 2006
Hola buzos,
después de unas semanas ausente, por la entrada de lleno de la temporada, por fin he encontrado un momento para poneros al día de lo que está sucediendo por nuestra zona.
La temperatura en el agua en estos momentos es de unos 24 grados en la superficie y una media de 21ºC. La visibilidad entre 15 y 20 metros y los oligoelementos que lucen su embarcación estas semanas de verano ya están emigrando a sus lugares de trabajo dejando el mar algo más tranquilo y silencioso. Se podría decir que ahora empieza lo bueno.
Domingo.
La mar amanece en calma. Después de las consecuentes comprobaciones nos encontramos a 18 metros de profundidad. La visibilidad y la temperatura es hoy nuestra aliada. Los buzos miran el fondo en busca de un duende que distraiga sus pensamientos. La corriente, ausente, nos muestra su presencia en forma de suspiro que hace que nuestro aleteo sea relajado y pausado. La goma que sujeta mi cámara la siento, como las riendas de un equino, apretar mi brazo.
De repente, la luz del sol se distorsiona dejando una sombra oscura que me hace sentir la hélice de algún barco, pero no puede ser, como acto reflejo miro mi ordenador, la profundidad es de 18 metros, o sea que el barco no me dañaría con su casco. Fijando mis ojos en la sombra vislumbro dos águilas marinas que en formación, una detrás de otra, se persiguen clavando su mirada en nosotros. Por mi regulador emito un grito. Los buzos siguen con sus duendes, mirando el fondo. Mi dedo apunta hacia el azul. La transformación de hombre rana a perro de caza es en un instante. Mi corazón se pone a parir. Las águilas se deslizan en el azul, sus alas se mueven muy lentamente, su hidrodinámica es perfecta. Los buzos me miran, pero ya es demasiado tarde... las águilas se borraron en el azul.
El momento había sido mágico. El mar nos había regalado uno de esos momentos que quedan grabados en lo más profundo de nuestra alma, pero el orgasmo había sido incompleto, los buzos lo único que habían visto era mi dedo esquelético alargado al máximo marcando un punto en el azul donde lo único que se veía era un montón de agua y a su guía al borde de un ataque epilépctico.
De todos es sabido que pez que no ven tus compis es pez que no tiene el mismo sabor, así que la amargura se dibujaba en mi paladar. Las respiraciones volvían a su ritmo natural, las pupilas se iban cerrando, el escalofrió que recorría mi espalda finalizaba a la altura de mis olivillas que como siempre se encontraban adheridas al culo a causa de la humedad del medio.
Los buzos recuperaban su ritmo de conciencia, cuando de repente se vuelve a oscurecer el cielo acuoso que nos envuelve. Mi corazón otra vez a 200, (espero que por esto no quiten puntos). Mi dedo vuelve a marcar el objetivo. Mi mirada se clava en las águilas marinas. Mi sonajero suena suavemente, los buzos miran, sus caras lo dicen todo, las están viendo. Mi adrenalina se dispara. La euforia me recorre cada uno de mis nervios descargando en convulsiones que me trasladan hasta el mismísimo nirvana. La mar siembra de premios a quien la mira con calma.
Y la cámara en mi brazo reposando y no distrayéndome de aquel momento.
Ya llega septiembre y con septiembre llegan las medusas huevo frito. Es un verdadero espectáculo ver como cada año, por estas fechas, miles de medusas migran hacia la costa. Estas medusas, atraídas en los últimos tiempos por la ausencia de depredadores, que fueron exterminados por diferentes artes de pesca, entre ellas el arrastre, se han superpoblado causando heridas a turistas que gastan sus dineros en nuestras playas. Las medusas atraídas también por la enorme golosina que le ofrecemos desde nuestros emisarios, campan a sus anchas por cada rincón de la costa. La ausencia de lluvia también favorece que las medusas se acerquen cada vez más temprano al encontrarse el agua costera más salada que nunca. Con las medusas se acercan depredadores como la tortuga, que siguiendo a estos seres hipnotizadores, les secuestran el hambre a base de plásticos que camuflados viajan entre los bancos de medusas. Este año creo que ha sido el año que más plásticos hemos visto. ¿Cuando se dará cuenta la administración de la enorme riqueza que tiene nuestra mar mediterránea? Mientras tanto, buceadores de todo el mundo comienzan a denunciar el estado de los fondos que frecuentan, la conciencia ecológica ha de ser nuestra guía para poder lograr que esta destrucción se detenga de una vez por todas.
Este verano también quedó más de una red furtiva comprometiendo la seguridad de los buceadores que surcan los fondos de Sant feliu de Guíxols. En un abrir y cerrar de ojos algunos buzos se pusieron en mancha y las quitaron, jugándose sus vidas. Una buceadora que había estado buceando en la zona se quedó atrapada. Durante unos momentos su aleta había rozado la muerte invisible que como una guillotina cortaba el arrecife en el que ese fin de semana bucearían alrededor de 60 buceadores. La buceadora ni corta ni perezosa avisó a organismos competentes, los cuales solo supieron acusar y tratar de muy malas maneras a la buceadora, mientras esta nada más que flipaba con la situación. El aviso se dio a diferentes organismos. La guardia civil debería acudir a extraer la red antes de que cause un accidente, pero la verdad es que en Sant Feliu se ve pocas veces a la benemérita, pues se ve que tienen pocos efectivos y como la generalitat se termina a unos cuantos metros de la playita tenemos algunos sectores algo dejados de la mano de dios.
La buceadora, que por la mañana había estado buceando con su padre y su madre, sentía a la lista de turno preguntándole si tenía permiso para bucear en la zona. ¿Desde cuando hace falta un permiso para bucear a las 10 de la mañana? ¿Y la seguridad de los buzos de toda Europa que bucearan el fin de semana? ¿Quien la salvaguarda? ¿Porque ciertos elementos de la administración nos desaniman de esta manera? Las embarcaciones de seres sin escrúpulos nos pasan a pocos metros de nuestras botellas y si quieres denunciar todo son pegas y historias. ¿Alguien conoce de una denuncia de invasión de bandera alfa que haya sido penalizada?
La montaña hace muy pocos años era vertedero de humanos. Ahora la conciencia de salvaguardar el bosque es común a todo el mundo. Hagamos lo mismo con el mar.
Buen Buceo Buzos.
Fran.
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